El estándar PassivHaus

El Passivhaus, o casa pasiva, es un estándar de construcción nacido en Alemania en 1991 que se ha ido extendiendo por el resto del mundo. Combina un elevado confort interior con un consumo de energía muy bajo y un precio asequible, gracias al máximo cuidado de la envolvente del edificio y a un sistema de…

El Passivhaus, o casa pasiva, es un estándar de construcción nacido en Alemania en 1991 que se ha ido extendiendo por el resto del mundo. Combina un elevado confort interior con un consumo de energía muy bajo y un precio asequible, gracias al máximo cuidado de la envolvente del edificio y a un sistema de ventilación controlada.

El edificio pasivo es aquel que ahorra energía.

Dada la escasez de recursos a nivel global, merece la pena descubrir los principios de este estándar internacional.

Los principios básicos

  • Excelente aislante térmico
  • Ventanas y puertas de altas prestaciones
  • Ausencia de puentes térmicos
  • Estanqueidad del aire
  • Ventilación mecánica con recuperación de calor

 

  • Excelente aislamiento térmico
    Utilizando un grosor adecuado de aislamiento térmico, las casas pasivas sufren pérdidas de calor muy reducidas siendo las necesidades de calefacción casi nulas. Para conseguir esto, es esencial que el diseño y la ejecución de las paredes exteriores, la cubierta y el suelo se realice analizando todos los detalles constructivos. Como resultado, las casas pasivas presentan una envolvente de gran aislamiento y ausencia de puentes térmicos.

 

  • Ventanas y puertas de alto aislamiento
    Desde un punto de vista térmico, las puertas y ventanas pueden ser uno de los puntos débiles de una vivienda ya que son focos de posibles pérdidas de calor y frío. Tanto es así que la colocación y ubicación de las mismas es uno de los puntos principales que el diseño de una casa pasiva debe recoger para conseguir una vivienda eficiente. Una buena calidad de las mismas y una correcta instalación es fundamental para conseguir una alta eficiencia energética.

 

  • Eliminar los puentes térmicos
    Conseguir la ausencia total de los puentes térmicos permite disminuir el consumo energético y evitar patologías debidas a la condensación, como, por ejemplo, los hongos, nocivos para la salud. Además, se consigue eliminar los puntos fríos en el interior de la vivienda, de manera que se garantiza un excelente confort térmico para los usuarios y la sensación de bienestar. No solo se trata de conseguir una reducción energética, sino que uno de los principales objetivos que se consigue con una casa pasiva es crear espacios de gran confort con grandes beneficios para el bienestar y la salud de sus habitantes.

 

  • Ventilación controlada con recuperación de calor
    Con el sistema de ventilación se realiza una renovación continua y controlada del aire interior de la vivienda, de manera que se garantiza la buena calidad del aire en la vivienda. Este sistema también incorpora un sistema de filtros que depura el aire, evitando la entrada al interior de la vivienda de partículas contaminantes o que pueden producir alergias como granos de polen, polvo o ácaros. Además, mediante el sistema de recuperación de calor se consigue atemperar el aire que se introduce en la vivienda aprovechando la energía calorífica del aire que se extrae antes de expulsarlo al exterior.

 

  • Estanqueidad al aire
    En las casas pasivas se cuida al máximo la estanqueidad al aire, es decir, sellar todas las uniones entre los diferentes materiales de la vivienda. De esta manera, se consigue que no haya infiltraciones de aire indeseadas ni corrientes de aire. Esto permite reducir las pérdidas energéticas y controlar la temperatura del interior de la casa con una mínima intervención de los sistemas de climatización.

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